Sobre la suerte y su ausencia, se ha escrito casi tanto como se la ha deseado. Para el político alemán Konrad Adenauer, La suerte es una flecha lanzada que hace blanco en el que menos la espera.
Quizás sean acertadas estas palabras, atina dónde menos se espera… Pero nosotros estamos más con el señor Isaac Asimov cuando pensó y escribió: La suerte favorece sólo a la mente preparada.
Para todo hay que prepararse, hasta para sentirse afortunado ganador de algo que nunca se pensó poseer: ya sean miles de millones de euros, una familia con 5 miembros (tres de ellos gemelos), para verse convertido en director de una multinacional…
Hay una frase que nos encanta que reza así: Al saber lo llaman suerte.
Pensadlo un segundo. La suerte existe, pero a veces hay que provocarla y llamarla. ¡Hasta asustarla! para que no se quede impasible y pase de largo.
Somos incondicionales de una frase muy simple: Confía en Dios, en Ala o en la suerte, pero ata tus camellos.
Cuando veas venir una tormenta de arena, no dejes a la suerte lo que con un simple gesto, puedes evitar o conseguir: ¡Sujeta tus camellos! Es decir, busca la suerte, por supuesto, pero antes, pon de tu parte con lo que está en tu mano, en tu radio de acción. O dicho del revés: Haz lo que sabes y debes, y luego, confía en tu suerte.
Una frase que también nos hace pensar es la siguiente: La suerte no se puede almacenar. Lo dijo la actriz austriaca Romy Schneider. Es posible que fuera consciente que a veces tenemos tanta suerte que podríamos encontrar una aguja en un pajar dentro del Mayor Recinto Ferial de Pajares.
Pero, la suerte… no la podemos guardar en un baúl para sacarla cuando más nos sea necesaria. La suerte es como el Guadiana, que avanza, se escapa, unas veces parece que tiene ojos porque llega en el momento oportuno al vernos necesitados, y en otras ocasiones, es como la Diosa de la Justicia, está ciega. Y hasta sorda. Por eso, si la ves venir, o la tienes. ¡APROVÉCHALA! Juega.
La suerte busca una aguja en un pajar y sale con la hija del granjero. Phyllis Martin.
Cambiemos de continente y vayamos a Asia. Un conveniente proverbio japonés nos recuerda algo básico, pero que se nos olvida más veces de las que aceptamos: El día que decides hacerlo, es tu día de suerte. Tenlo presente. Son sabias palabras.
Muchos libros de autoayuda o de “encuentra lo que buscas donde nunca buscaste”… nos indican que para mejorar nuestra suerte lo mejor es:
✓ Ser más social para aumentar nuestras posibilidades.
✓ Imaginarnos en ese camino sembrado de tréboles de cuatro hojas.
✓ Dejar espacio para lo fortuito, casual e incluso lo aventurado.
✓ Estar atento a las corazonadas.
✓ Arriesgar. La vida es una aventura en la que es mejor participar como protagonista que como escondido telonero.
✓ Crea tu suerte. Participa. Juega.
La suerte es algo muy predecible. Si quieres tener más suerte en la vida, corre más riesgos. Sé más activo. Brian Tracy
Y si sueñas… Puede que hoy sea tu día. ¡Suerte!