¡Felicítame! ¡¡¡Me ha tocado la lotería!!! Esas son las palabras que todos deseamos decir, sentir y oír en nuestra cabeza, tanto dormidos cómo despiertos.
Pero y una vez pasado el subidón de la borrachera real y mental. ¿Qué hago con todo ese dinero? Lo primero que nos viene a la cabeza suele ser viajar, comprarme el coche de nuestros sueños, o quizás la casa añorada en un sitio que nos encanta. Desde luego, si nos toca una cantidad prudencial, la consabida frase requete oída es: para tapar agujeros… Como si todos fuésemos albañiles.
Pero la realidad es que siempre hay necesidades no cubiertas y el dinero que llega de improviso, y con el que no se cuenta, lo solemos destinar a eso: a tapar agujeros, boquetes o incluso socavones.
¿Y si nos tocan muchos… pero muchos ceros acompañados de otros tantos… con un nueve delante…? ¿Qué hacemos?
Pues el primer sabio consejo es: no perder los papeles.
Son muchos los ganadores de grandes premios que terminan arruinados por no tomarse un par de segundos en pensar, concienciarse de la importancia de lo que nos acaba de pasar, y no dejarse llevar ni por compras compulsivas, ni por hechos, de los que luego, podemos arrepentirnos, como dejar el trabajo, o decir a diestro y siniestro, la gran cantidad de ceros que tiene nuestra cuenta.
La segunda sabia recomendación es decírselo solo a las personas de nuestra confianza. Eso implican detalles muy importantes: como no cobrar el premio en la sucursal de nuestro barrio dónde somos tan conocidos, y no publicarlo en radio-patio, para evitar envidias, futuros problemas y, sobre todo, para poner los pies en la tierra.
Una buena idea, cambiar de número de teléfono y marcharse una temporada a un hotel en otra localidad distinta a la nuestra vivienda habitual.
Y ahí llega la tercera sabia advertencia: ponerse en manos de expertos. La experiencia es la madre de la ciencia, y en el mundo de las finanzas es esencial y más que necesaria. Es primordial contar con un buen asesor legal y fiscal que gestione correctamente nuestro premio y así evitar disgustos.
Y el cuarto aviso de perogrullo es tan básico como contundente: para cobrar, es imprescindible presentar el décimo o el resguardo premiado. Así que no lo pierdas. No lo estropees.
Si los premios son inferiores a 2.500 euros se pueden cobrar en cualquiera de los 11.000 puntos de venta de Loterías y Apuestas del Estado. Si es superior, en entidades financieras autorizadas (Bankia, BBVA, Caixa Bank, Banco Popular, Abanca Corporación Bancaria, Ibercaja Banco, Banco Mare Nostrum (BMN), Unicaja Banco, Banco Ceiss (España Duero), Kutxabank, BBK Cajasur, Caixa Ontinyent, Banca Sabadell, Cajamar y Laboral Kutxa).
Y la quinta sugerencia sin lugar a dudas sería: empieza a cambiar tu vida poco a poco. Los cambios drásticos pueden desestabilizar tu vida y la de tu entorno.
Eres una persona afortunada. ¡Enhorabuena! Tienes en tu mano la posibilidad de mejorar tu vida, la de las personas que quieres y, por supuesto, de ser generoso. Disfruta de la vida y haz realidad tus sueños. Puedes hacer… ¡LO QUE QUIERAS!