Yo, y hablo en primera persona, ya he echado La Primitiva con una sonrisa, y el Euromillones con tanta ilusión como cuando abro un regalo muy esperado o cuando me despierto tras viajar a otra ciudad llena de sorpresas y rincones por descubrir. Tan cierto como que me encanta el jamón o que el mar está tan salado que si tienes una herida la sientes como el primer día.
Sí, yo ya he empezado. O mejor dicho, continúo jugando ahí donde lo dejé. Y es que a mí, que no me quiten mi rutina semanal de jugar a un sorteo. Reconozco que hay semanas que siempre juego a la Primitiva y al Euromillones. Pero, de pronto, en otras me sorprendo haciendo una Bonoloto o, sin más, me da por comprar un décimo terminado en un pálpito. Me engancha, me ilusiona saber que tengo esa posibilidad de ganar en un sorteo un poco, o un mucho, de dinero.
A veces sentimos que necesitamos poco, que con casi nada somos felices. Otras veces, y en estos tiempos aún más, nos damos cuenta que con nuestra salud, y con la de las personas que queremos, nos sobra y nos basta. Porque tenemos las necesidades básicas cubiertas. Pero reconozco que, a veces, sueño con viajar más. Con comprarme una canoa. Una bici eléctrica. Un equipazo de músic, una cámara de vídeo…
Hemos realizado una encuesta entre nuestros conocidos para saber si habían cambiado sus costumbres de juego. Para conocer si han echado de menos, al igual que las cañas y las tapas, esa costumbre tan nuestra de jugar a la Lotería. Este ha sido el resultado a nuestras preguntas:
- ¿Has echado de menos comprar tus décimos de Lotería?
El 85% nos ha revelado que mucho, porque siempre ha sido parte de su rutina.
Un 10% bastante y, curiosamente, han coincidido varias personas al confesar que les faltaba algo al mirar el billetero: su resguardo o sus décimos.
El 5% restante contestó nada, porque sólo compraban en Navidad.
- ¿Y ahora qué? En tus futuros sorteos, ¿cómo te comportarás?
Un 15% ha respondido que al principio seguro que jugará más que lo habitual, para compensar o recuperar.
Un 75% ha expresado que volverán a su rutina habitual, sus sorteos, sus apuestas, sus números favoritos.
Un 5% que se dejarán llevar. Algún sorteo compartido. O si hay mucho bote, que irán sobre la marcha, como siempre.
Y otro pequeño grupo, un 5%, ha respondido que seguirán sin jugar.
- A los jugadores habituales les hemos consultado: ¿Pensáis que ahora jugaréis de otra manera?, ¿En algo os ha cambiado el parón?
El 90% ha afirmado que con más ganas, con más ilusión. Incluso alguno nos confesó que la noche anterior al primer sorteo, después del cierre por el estado de alarma, soñó con sus números, nervioso, excitado.
El 10% restante opinó que iban a jugar igual.
- ¿Más prudentes? ¿Apostando menos? ¿Diversificando en más sorteos o sólo cuando haya bote?
El 90% ha coincidido que intentará vivir la vida, saboreándola. Jugar lo que considere oportuno, con placer, llamando a la suerte. Dejándose llevar. Con más pasión.
Nuevamente el 10% afirmó igual. No piensan que hayan cambiado.
Seas como seas. Sientas lo que sientas. Vive. Disfruta y sueña. Sueña mucho. Loterías.