Podrían ser la de La Gravedad, la de Newton, la de Mendel, la de Boyle, o la de Gay-Lussac, pero no, son mucho más sencillas pero también muy útiles.
1.La paciencia es una virtud y también esconde un tesoro.
Ya lo dijo Benjamín Franklin: Quien tiene paciencia, obtendrá lo que desea. Y en el juego como en la vida, es tan cierto como útil. Son sabias palabras.
Todos en algunas ocasiones hemos pensado en tirar la toalla durante los estudios, en el trabajo, o incluso con alguna relación. Y por supuesto, nos hemos impacientado esperando recoger lo más pronto posible los frutos de nuestras apuestas, hasta el punto de que esperamos ser los afortunados ganadores casi antes de que se realice el sorteo. Somos ansiosos, estamos inquietos, forma parte de nuestra naturaleza el querer las cosas buenas cuanto antes, sin dilación.
Bien lo sabía el filósofo alemán Kant: La paciencia es la fortaleza del débil y la impaciencia, la debilidad del fuerte.
Todo lo bueno se hace esperar, pero llega. Ten confianza. Cree en ti. En tus corazonadas y en tu suerte.
2.¡Diviértete!
El jugar es algo innato en el ser humano. Descubrimos el medio al poco de nacer, jugando. Hacemos amigos con el juego. Incluso nos enamoramos y sobre llevamos los malos ratos de la vida inmersos en el juego.
El juego nos da la vida. Nos la hace más llevadera, nos la llena de emoción y en muchas ocasiones nos la hace especial.
No pierdas la alegría, la ilusión y la satisfacción de jugar. Te sorprenderás sonriendo, ilusionado, esperando el próximo sorteo. Compartiendo el juego con amigos y compañeros.
Ya lo dijo José Ortega y Gasset: Dime cómo te diviertes y te diré quién eres. …Una persona feliz que apuesta por la vida. Por jugar con ilusión. Por querer mejorar en la vida, compartiendo la suerte y sus alegrías.
3.Fuera la negatividad.
Un pequeño e inocente pensamiento negativo, liberado sin consciencia ni intención, puede convertirse en un gran monstruo que contamine todas nuestras emociones, conductas y al resto de pensamientos.
Y no sólo eso, la negatividad no sólo bloquea a la suerte, sino que atrae la desdicha, la decepción, los malos rollos y la fatalidad.
Los pensamientos negativos nos drenan de energía y nos arrebatan la fuerza.
Sé positivo. Si eres una persona con suerte. Si tienes corazonadas. Si te mereces ganar. Confía en ti y en tu destino. ¡Llegará!
4.¡Comparte!
Si algo caracteriza al ser humano es su capacidad ilimitada de compartir, sean experiencias, comidas, juergas, penas, viajes, ilusiones…
Podemos tener la casa más bonita que si no la compartimos con los que queremos y no la llenamos de gente en una fiesta, sería como saber un cotilleo, y no contárselo a nadie.
Vivimos en plural. Pensamos en nosotros y en los que queremos. Pues cuando la suerte nos llegue, que llegará. Seamos espléndidos. Acordémonos de las personas a las que llevamos en el corazón y hagámosles participes de nuestra suerte, y si podemos, de nuestra fortuna. Nos hará ser mejores personas y sobre todo, nos hará sonreír más.
El escritor argentino Enrique Ernesto Febbraro escribió: Cuando llueve comparto mi paraguas, si no tengo paraguas, comparto la lluvia.
… y nosotros añadimos, y cuando nos lluevan los premios, seremos generosos.
5.Disfruta cada pequeño premio
Disfruta y comparte aunque sólo sean unos pocos cientos. Valóralos, y te hará apreciar y disfrutar cuando seas el afortunado ganador de uno premio mayor.
Los reintegros nos dan otra oportunidad. Los pequeños botes nos garantizan que estamos en el camino de la suerte.
El Dramaturgo y novelista irlandés Oscar Wilde dijo: ¡Ah, la felicidad depende de cosas tan pequeñas…!
Aprende a ser feliz con las pequeñas cosas, para que cuando lleguen las grandes sepas controlarlas y disfrutarlas a tope.
Si sueñas… Loterías.