Con la llegada del otoño llegan para muchas personas ciertos cambios emocionales asociados a una sensación de tristeza. Se sienten más cansadas de lo habitual, más tristes, con ganas de estar más tiempo solas.
Eso nos sucede porque las personas, como el resto de los seres vivos, tenemos un calendario biológico que nos marca los diferentes estados emocionales.
Hormonalmente hay cambios debido a la disminución de la luz: baja la melatonina, influyendo en el sueño, las ganas de comer y la temperatura corporal, y la serotonina, en la hormona de la felicidad. Las hojas de los árboles se caen. Esto se nos representa como un periodo de desapego, de soltar y dejar caer actitudes y comportamientos viciados. Es época para depurar, para adquirir buenos hábitos, sentimos la necesidad de tener un equilibrio para lograr una estabilidad física, mental y emocional.
El otoño tiene su equilibrio muy diferente del soleado y descansado verano. En este periodo tenemos las mismas horas de sol que de oscuridad y podemos aprovechar las últimas horas del día para nosotros, para hacer deporte, leer o socializar. También es buen momento para pensar, emprender o planificar. Quizá este sea uno de los motivos, planificar y soñar, para volver a hacer balance sobre nuestros proyectos y, de este modo, con la llegada del otoño invertimos y compramos más lotería que en otras estaciones. Sabemos que puede ser una buena fuente de ingresos para organizar una escapada o, quién sabe si por fin, para cambiar de trabajo, vida, abrir un negocio…
Si algo caracteriza al ser humano es la ilusión. Ya desde pequeños nos metíamos a la cama ilusionados porque se nos había caído un diente y esperábamos al ratoncito Pérez por un regalo. Más aún, con la noche de Reyes Magos, esperando su paso, para ser sorprendidos con aquello que más nos ilusionaba.
Ahora que nos hemos hecho mayores, sabemos algo más sobre ratones y Reyes, pero no hemos perdido la ilusión por lo que no falla y es real: La lotería. Y es que nos sigue ilusionando, al igual que en el primer día, esa apuesta en la primitiva o en la lotería, porque tenemos una buena posibilidad de hacer realidad nuestros sueños. Quizá, por eso, cuando el sol se debilita y las hojas empiezan a caer, cuando parece que la rutina vuelve, sonreímos y nos imaginamos qué haremos si somos los afortunados ganadores de un boleto premiado.
Son muchos, muchísimos, los que ya empezamos a acudir a las administraciones de lotería. Además, nos mueve la lotería de Navidad porque no nos queremos quedar sin nuestros números de la suerte. Sin duda, el otoño es cambio, ilusión y una gran oportunidad para hacer lo posible por cumplir los deseos a medio y largo plazo.
En otoño, cambia y sigue mejorando tu vida. Y si sueñas… loterías.