Según la definición de la Real Academia Española, la suerte es un encadenamiento de los sucesos, considerados como fortuitos o casuales.
Para el científico Richard Wiseman, profesor de psicología en la Universidad de Hertfordshire y autor del conocido libro: Nadie nace con suerte, la suerte no es una interpretación a posteriori de nuestras acciones, sino una especie de profecía autocumplida. – (Una profecía autocumplida o autorrealizada es una predicción que, una vez hecha, es en sí misma la causa de que se haga realidad).
Según este investigador de la suerte y la fortuna, la suerte es un producto de nuestros pensamientos y de nuestro comportamiento.
No se trata de algo con lo que nazcamos o no, pero sí una cualidad que podemos desarrollar.
¿Cómo funciona la suerte?
Wiseman, a través de sus experimentos, se empeñó en identificar qué era lo que distinguía a las personas que poseían buena o mala suerte.
Gracias a 400 voluntarios de diferentes edades, sectores, profesiones y al análisis de sus trayectorias personales, creencias y cualidades psicológicas, Wiseman logró identificar las cuatro cualidades que definían a las personas afortunadas:
- Habilidad a la hora de identificar o crear buenas oportunidades.
- Dejarse guiar por su intuición a la hora de tomar decisiones.
- Crear profecías autocumplidas a partir de las expectativas positivas.
- Resiliencia para transformar la mala suerte en buena. – (La resiliencia es la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos.)
Así, el conocido efecto Pigmalión o profecía autocumplida, es el que mejor resume la manera en que funciona la suerte.
Y es que es cierto que, aquellas personas que consideran que van a fracasar, suelen tener una actitud tensa ante los retos y situaciones de la vida. Eso les provoca, sin ellos ser conscientes, que su habilidad para rectificar, superar o lograr sus propósitos, se reduzca y se complique hasta extremos casi imposibles de éxito.
Por el contrario, los individuos que piensan que son afortunados, que piensan que tienen siempre la suerte de cara, son capaces de enfrentarse y aceptar retos, o incluso probar fortuna, en momentos llevados por la intuición, la perspicacia, el olfato o la ausencia de miedos, con lo que no sólo aumentan sus posibilidades, sino que también abren la puerta a la suerte y a otras posibilidades de triunfo.
Y es que la suerte es así… Cuando un jugador siente que está en buena racha, está demostrado que tomará mejores decisiones.
Un experimento realizado por el propio Wiseman ilustra y afirma esta tesis.
Pidió a los participantes que contasen las fotografías que aparecían en un periódico. En mitad del mismo experimento, y sin avisarles, el psicólogo introdujo un anuncio que ocupaba la mitad de la página y en el que se podía leer la solución al interrogante planteado:
“Deja de leer, hay 43 fotos”.
Además, incluso, añadió otro anuncio que decía:
“Dile al investigador que has visto esto y gana 250 dólares”.
Aquellas personas que formaban parte de los afortunados repararon en ambos anuncios, mientras que aquellos que pensaban que tenían a los Dioses en su contra los pasaban por alto y llegaron contando hasta la última página. Mala suerte.
Las buenas rachas sí existen, y ésta es la demostración.
Conclusión: Sé positivo. Confía en ti. Déjate llevar por tus intuiciones. Líbrate de tus miedos y créate profecías autocumplidas.
¡La Suerte está de tu lado!
Sueña… y se hará realidad.