Cuando somos jóvenes, todos o casi todos, tenemos salud y toda la vida por delante. Pero normalmente, ni un duro. ¿Y de amor…? pues ni hablamos. Nos estamos conociendo y descubriendo qué es eso a lo que llaman amor y da tantas alegrías y sufrimientos. UNO de TRES.
Si damos al botón de adelantar…, y dependiendo de la Diosa Fortuna o de la Diosa Lakshmi, después de muchos esfuerzos, poco a poco vamos perdiendo la salud, por el estrés y las malas decisiones. Al tiempo vamos aumentando con gran esfuerzo nuestros ingresos. Unas veces solos, y otras, en según qué periodos, enamorados, emparejados y hasta separados. Ya tenemos: DOS de TRES.
Todos conocemos a individuos que parecen tenerlo todo en la vida: una pareja o una familia perfecta, en la que exportan con gran facilidad cariño y felicidad. Una cuenta corriente tan contundente como la salud de hierro con la que alucinamos todos los años.
Son los TRES sobre TRES envidiados. El resto de los mortales… humanos sin más, con trabajos que cuestan un trabajo penoso, sufrimos desencantos en lo laboral y por consiguiente, en lo material. Con unos ahorros tan minúsculos que sólo nos consuela una gran lupa llamada ILUSIÓN.
Ilusión por acertar la Lotería o la Primitiva.
Anhelo por ser encontrado o ser esa persona que acabamos de conocer, la que llene nuestro corazón.
Confianza en recuperar la salud.
Deseo de mejorar encontrando nuestro lugar.
En la vida pasamos por diferentes etapas. Unas veces tenemos salud y amor, pero estamos a dos velas. En otras, parece que lo tenemos todo… pero nos falta la salud, y nos damos cuenta que sin ella, no nos sirve una cuenta corriente nada frecuente.
Y como siempre, hasta que no lo perdemos, no lo echamos en falta. Descubrimos con inesperado asombro lo importante que es la salud.
Quizás en este último año hemos recapacitado más que en muchos otros, y hemos valorado lo importante que es cuidar nuestra salud.
¿Qué podemos hacer para estar más sanos? ¿Cómo y qué deberíamos comer si queremos vivir más y mejor?
Según un estudio de la Universidad de Harvard, llegar a ser un anciano sano y feliz requiere tener suerte genéticamente, y seguir una serie de hábitos de sobra conocidos por todos: hacer ejercicio, no fumar, ser social, mantener un peso razonable y tomar los alimentos adecuados. ¡Así de fácil!
En esta investigación han descubierto que los pueblos más longevos son los mediterráneos y asiáticos. Coinciden los expertos que esto se debe al consumo de frutas y verduras. Así, un mayor consumo de frutas y vegetales se asocia con menor riesgo de mortalidad.
La receta, nada secreta, es la combinación de una alimentación adecuada y un estilo de vida lo más desprovisto de estrés posible. Nos sabemos la teoría, pero la práctica (según profesiones y trabajos), es más que imposible, es ficticio. Utópico.
Hablamos de los pueblos que tienen un estilo de vida tradicional, en el que su alimentación está basada en gran medida en los productos de la tierra. Individuos que no les hace falta apuntarse al gimnasio porque trabajan en sus huertos, comen en casa, sin prisas, comentando su vida… viven de media 10 años más que el resto. Aunque intervienen muchos factores para conseguir una vida sana y larga, y algunos no les podemos cambiar fácilmente, sí debemos de hacer más deporte, tomarnos la vida con menos velocidad y conocer qué alimentos tienen las mayores virtudes para prolongar el buen funcionamiento del organismo.
Empecemos por uno muy conocido, el aceite de oliva virgen extra: el mejor amigo de nuestro cerebro. Uno muy virtuoso y sabroso, el aguacate que ayuda a evitar el colesterol, y otras muchas enfermedades del corazón. Los frutos secos, imprescindibles para combatir enfermedades del corazón y cáncer. La avena, la cúrcuma, las legumbres, las verduras de hoja verde, el salmón… Todos conocemos cuáles son.
Empecemos a querernos más. A cuidarnos mejor y quizás, con suerte, tengamos DOS de TRES.¡Suerte!