Como podemos ver, en la imagen hay dos bombos: el grande, mide casi tres metros de alto (concretamente 2 metros con 80 centímetros y pesa unos 800 kilos); es el que contiene las bolas de los números que desde 2007 alcanzan las 100.000. El más pequeño contiene las 1.807 bolas en premios. Mide 70 centímetros y pesa la mitad que su hermano mayor, unos 400 kilos. Son dorados y están hechos de una aleación de cobre, estaño y plomo. Como dato curioso, hay que decir que las bolas que contienen son de madera de boj procedente de Galicia. Cada una pesa 3 gramos y mide unos 18 milímetros. Los números que llevan impresos están grabados con láser ya que, si llevaran pintura, esta podría alterar su peso.
Su diseño ha permanecido inalterado a lo largo de los más de doscientos años. En 2004, una empresa de Chiclana de la Frontera, Fluidmecánica Sur, dedicada a la maquinaria hidráulica y eléctrica para el sector naval, se encargó de incorporar algunas mejoras tecnológicas.
«Los bombos se fabricaron a petición de Loterías del Estado», explicaba el responsable del proyecto de construcción de los bombos, y trabajador de la empresa Fluidmecánica Sur, Rafael Vallejo.
Según Vallejo: El encargo se recibió con una enorme alegría. Su fabricación fue motivada por un cambio en el sorteo, cuando se pasó de las 66.000 viejas bolas a las 100.000 actuales. Es un diseño bastante bueno y ha aguantado más de cien años. Las esferas giran sobre un soporte de acero y cada bombo descansa en una mesa de apoyo. Hicimos una réplica del bombo existente, pero de mayor tamaño. La configuración de la esfera es exactamente la misma.
El bombo tiene un motor eléctrico que gira a mil quinientas revoluciones por minuto, y luego tiene un reductor de velocidad que da de 15 a 20 vueltas por minuto. Además, tiene un sistema de parado que accionas un botón y el bombo sigue girando hasta que coincide la válvula, que es por donde salen las bolas, con la trompeta.
El sistema tradicional de girar los bombos es el mismo que se utilizaba desde que comenzó el Sorteo en 1812. La esfera grande continuó girando desde entonces hasta hace dieciséis años que se incorporó una réplica, explicaba Vallejo.
Lo curioso es que hace dos siglos el movimiento del bombo era como es normal, manual. Varias eran las personas encargadas de girar el bombo con un volante. Y ahora, tal y como narra Rafael Vallejo: Hay un panel de control, que no se ve en la televisión, con un botón de marcha y otro de parada. Además de un sistema de emergencia por si hay que pararlo en caso de necesidad.
Al principio para los sorteos se usaban tinajas o arcas de madera hasta que a mediados del siglo XIX se empezaron a fabricar lo que llamaban globos de alambre, con el fin de que en la extracción no interviniese la mano del hombre salvo para tirar de una varilla que abriese la válvula y permitiese salir la bola.
El primer bombo comenzó a usarse el 5 de febrero de 1853, con capacidad para 30.000 bolas. Ya en 1914 se sustituyó por una pareja de bombos construidos por la casa Richard Gans, unidos por un eje. Posteriormente se separaron y siguieron utilizándose de esa forma hasta ahora. Así son los bombos de la Lotería.