Imagina que con 23 años te toca la lotería.
Imagina que a esa temprana edad, la suerte te sonríe. Y de pronto, pasas de ahorrar y mirar el precio de todo lo que puedes o no comprar, a no tener problemas con nada relacionado con el dinero.
Imagina que tienes 23 años, y encima, lo tienes todo claro en la vida: quieres ser vaquero. Quieres tener un rancho. Quieres un gran terreno y ganarte la vida en el campo. Y juegas a la lotería.
Y un día, la suerte llama a tu puerta y… ¡Pues no imagines más! Eso es lo que le pasó a este joven ⬇️
Neal Wanless es el nombre de este afortunado de 23 años. Y como en la letra de una canción: un día cualquiera jugó a la lotería y ganó 200 millones de euros.
Desde el primer momento, este chico lo tuvo claro. De pequeño tenía un sueño: quería tener un rancho. Y así lo hizo.
Compró un mastodóntico terreno de 20.000 hectáreas en Dakota del Sur -en Estados Unidos-, donde construyó varios edificios para animales y cuatro casas para sus trabajadores.
La historia de esta afortunada persona podría terminar ahí. Pero sin embargo, acababa de empezar.
Ahora, imagina que se cumplen tus sueños. Ese sueño que te ronda la cabeza desde pequeño. Imagina que el Genio de la Lámpara te acaba de conceder tus deseos.
¿Qué pasaría si al tenerlo todo, esos sueños pierden su gracia y pasan a un segundo o tercer lugar, cuando aparece el amor?
No imagines. Ponte en el lugar de Neal: conoció a una ranchera que le dijo… ¿el rancho o yo?
Neal enseguida lo tuvo claro. Puso a la venta su enorme rancho por sólo 35 millones, una cantidad muy inferior a lo que había invertido en él.
Porque Neal seguía teniendo claro su objetivo: elegir el amor al dinero. Las alegrías compartidas, la felicidad…
Ahora sigue imaginando. Sigue soñando.
Quién sabe si tú puedes ser el protagonista de ésta u otra historia.
Pongámonos en la piel de una pareja normal. Un matrimonio francés que un día se despertó y se dio cuenta de que tras muchos años jugando a la Lotería, habían ganado los 157 millones en el sorteo del Euromillones.
La pareja, que prefiere vivir en el anonimato, declaró que nunca pensaron que les podría tocar a ellos. Nunca imaginaron ser los afortunados, ya que les iban a ingresar en su cuenta nada más y nada menos que ¡157.170.843 euros! No sabían lo que iban a hacer con todo ese dinero.
Sus palabras fueron: “Nos daremos placeres sencillos. Compras simples y corrientes, como un reloj, un ordenador… Por supuesto, ayudaremos a nuestros familiares y donaremos parte del premio a organizaciones solidarias”.
Y es que cuando llega la Suerte, te afianzas en cómo eres.
Te sorprendes o te encuentras.
La Lotería es lo que tiene. Te concede sueños. Te da oportunidades. Te abre los ojos, el corazón o te hace ser el protagonista de una historia de la que tú y sólo tú sabes el final. Si sueñas… Loterías.