Hay personas en la vida que no solo son distintas a las demás. También son un ejemplo a seguir. Me vienen a la cabeza las palabras de Marc Twain cuando dijo:
Cada vez que te encuentres del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar.
O las palabras de otro escritor esta vez turco, Mehmet Murat ildan:
Sé diferente para que la gente te pueda ver con claridad entre la multitud.
Y una que me encanta, esta vez de la gran actriz Audrey Hepburn:
Con el tiempo y la madurez, descubrirás que tienes dos manos; una para ayudarte a ti misma y otra para ayudar a los demás.
Hay personas que miran y ven. Que hablan menos y hacen más. Y sobre todo, que cuando tienen la ocasión, no dudan en ser realmente como son… y para suerte de algunos menos favorecidos, son todo corazón.
Los protagonistas de este artículo participan en rifas y juegos por el simple hecho de ayudar a quien lo necesita. Acuden a concursos porque son una posible fuente importante de ingresos que les permita poder llevar a cabo más actividades, contratar a más personal o, simplemente, disponer de unas instalaciones en las que acoger a quien más lo necesita. La mayoría son anónimos. Otros por las magnitudes de sus premios, conocidos, conozcamos algunos:
Empecemos con un canadiense de 64 años, Tom Crist, que donó los 40 millones de dólares que ganó jugando a la lotería. El dinero lo dio a diversas instituciones benéficas que se dedican a la lucha contra el cáncer. Lo hizo en recuerdo a su mujer, fallecida a causa de un tumor.
László Andraschek, un indigente húngaro que vivía en un centro de acogida en Budapest. Le tocaron 2 millones de euros en la lotería húngara. Con ese dinero creó una fundación para apoyar a gente sin recursos y donó gran parte de su premio a una organización caritativa local.
Un australiano de 40 años ganó en la lotería 601.000 euros. Donó el 90% del premio a los desafortunados, agricultores y ganaderos que hace unos años estaban sufriendo graves consecuencias a raíz de la sequía.
Una pareja de ancianos canadienses ganaron 11,2 millones de dólares en la lotería. Tomaron la decisión de destinar la enorme cantidad de dinero a diversas causas benéficas: bomberos, iglesias, cementerios, hospitales y organizaciones de lucha contra el cáncer han sido algunos de los beneficiados de sus buenos corazones, además de ayudar a algunos familiares necesitados.
En 2017 Suwana, una mujer tailandesa ganó el premio máximo de lotería de su país, 30 millones de bahts, lo que supone al cambio unos 815.000 euros. Suwana decidió donar la décima parte de su premio a obras de caridad, entre ellas construir un templo budista.
Steve James ha trabajado durante veinte años para la ONG Artventure. Una organización que ayuda a personas adultas que sufren discapacidades en el aprendizaje o bien que padecen discapacidad física o autismo. Steve ha hecho todo lo posible para que estas personas puedan hacer nuevos amigos, se diviertan, sean creativas y disfruten un poco la vida. Artventure es una de las ONG que se beneficiaron de uno de los juegos de azar del Reino Unido, la Lotería de la Comunidad. Ponen 100.000 tickets a la venta por valor de una libra cada uno y destinan el 60 por ciento del dinero que se recauda a ayudar a todo tipo de asociaciones locales, grupos de ayuda, etc.
El Vaticano también tiene su propia lotería con el único objetivo de financiar una serie de proyectos destinados a los más necesitados del vaticano y también de Roma, en concreto a personas sin hogar. No se trata de un sorteo que ofrezca millonarios premios o cuyos décimos puedan comprarse por las calles de Roma, sino se trata de una costumbre celebrada en la Ciudad – Estado del Vaticano.
Cada décimo cuesta 10 euros y se venden en las oficinas de correos y otras oficinas del Vaticano, incluyendo sus Museos y farmacias para los turistas.
Soñamos con que nos toque la lotería. Con ser los afortunados premiados. Si algún día nos sorprende la suerte y la vida, seamos generosos. Repartamos la suerte.