Hace unos días leía en la prensa nacional, que dos abuelas de 67 y 83 años habían sido víctimas del timo conocido como el tocomocho. Los estafadores se habían llevado un botín de 18.000 euros.
El tocomocho es una estafa tradicional dónde una persona aborda a la víctima manifestando tener un billete de lotería premiado y que, por alguna causa, no puede cobrar. El estafador ofrece a la víctima venderle el boleto por menos dinero del que corresponde al premio. Y, por supuesto, el billete de lotería es falso. No vale nada.
La primera de las víctimas, una mujer de 67 años, fue abordada en la calle por un hombre de mediana edad que decía ser forastero y le preguntó por una dirección para así entablar conversación. Al poco rato ya le contó que tenía varios décimos premiados pero que, como era analfabeto, no sabía bien qué tenía que hacer.
En ese instante entraba en acción el segundo de los timadores, otro varón con buen aspecto que, inmediatamente, entraba en la conversación con los anteriores. Este último aparentando tener buen empleo y posición, terminaba de liar a la pardilla, consiguiendo engañarla para que soltara su dinero en efectivo, acompañándola después a una sucursal bancaria para que sacara una cantidad en metálico. La víctima pensaba que obtenía a cambio de sus ahorros, unos décimos de un valor muy superior a la cantidad que le entregarían.
Según la Policía, este timo del tocomocho sigue siendo uno de los más frecuentes entre personas mayores a los que los timadores no dudan en estafar los ahorros de muchos años.
Por el contrario, después del Sorteo Extraordinario de Navidad, otra estafa muy repetida es la del Premio falso. En esta ocasión se trata de correos electrónicos o SMS que se mandan a distintos usuarios informándoles de que han sido los ganadores de un premio de la Lotería de Navidad.
Para asegurarnos y no caer en este engaño, nunca hay que responder a los e-mails si no se recuerda haber participado en ningún sorteo o si no se conoce la página del remitente. Hay que desconfiar siempre, por supuesto, nunca ofrecer los datos personales. Tampoco, por descontado, las cuentas bancarias.
Estos indeseables hechos se producen porque la Lotería de Navidad mueve tanto dinero que son reclamo para estafadores. Lamentablemente, siempre hay amigos de lo ajeno intentando embaucar.
Otra de las estafas comunes se da en la compra de décimos por internet. En particular, cuando los usuarios buscan un número concreto y, para ello, acceden a una página web que no es segura. Esto ocasiona que adquieran un décimo de lotería que no existe o no está registrado.
Para evitar estos engaños y disgustos, es muy importante, cuando se accede a comprar algo en internet, ya sea un décimo o un bolso… verificar que se trata de la web real. Sólo hay que comprobar que la dirección web empieza por https:/ y/o tiene un candado o una llave justo al lado de la misma que verifica su autenticidad.
Si sueñas… Loterías. ¡Suerte!