Si algo tenemos claro en la vida es que ni el dinero cae del cielo, ni crece en los árboles. Muchos opinamos que el dinero no da la felicidad, pero la da tal empujón, que no hay discusión, desacuerdo o pelotera que no se solucione o suavice con un regalo exclusivo y elegido con mimo. Y más aún, si ese detalle, por llamarlo de alguna manera, se consigue gracias a una abultada cartera y la posibilidad de obsequiar con un coche deportivo, un velero… o compartir unas lujosas vacaciones en un destino tan exclusivo como paradisiaco.
Estos son algunos caprichos que si te toca la lotería, puedes permitirte y no sólo soñarlos:
- Los coches de lujo son sólo para millonarios, eso todos lo tenemos claro. Si somos los afortunados ganadores de ese boleto que tenemos en la cartera, podemos elegir un Bentley, un Porsche, un flamante Audi, un Bugatti Veyron, o quizás un Ferrari. O porque no, un Maserati, un Lamborghini,… o quizás un Rolls Royce. Entre otros muchos, que hoy en día rara vez vemos pasar, y no podemos dejar de pensar: ¡hay!… ¡cómo me toque la lotería… ese en rojo, y un Phantom en negro mate!
- Sin duda alguna un jet privado es algo que sólo está al alcance de unos pocos privilegiados. Puede ser un capricho. Un antojo o un homenaje que uno se hace porque se dice: ¡Porque yo lo valgo! Pero desde luego, hay que tener en la cartilla un premio millonario de loterías, primitiva o Euromillones… Y para que engañarnos, con un jet privado podemos desplazarnos sin los agobios de la gente, las prisas y sobre todo, sin horarios. Un placer y un lujo que sólo unos pocos privilegiados pueden disfrutar.
- Vacaciones de lujo. Dar la vuelta al mundo en un crucero es algo que a todos nos hace sonreír y soñar. Un yate privado, como por ejemplo el de Ronaldo, un Ascari, modelo PJ120 Spot Yacht de casi 40 metros de eslora con capacidad para 10 personas y hasta 5 tripulantes, es algo más que un capricho, es un lujo, ¡una pasada!.
También lo es, poder surcar mares y océanos en el crucero que ofrece por ejemplo, Catai: 46 días conociendo la Polinesia Francesa, Nueva Caledonia, Nueva Zelanda, Australia, Indonesia, Singapur… Un capricho que nos podemos apuntar cuando la suerte nos sonría de frente.
- Dejar que te mimen en grandes hoteles de lujo es algo a lo que todos nos podemos acostumbrar. Si eso no es el cielo, debe de ser una sucursal. Por nombrar algunos: el Burj Al Arab, en Dubai, al que puedes llegar directamente a su helipuerto, el Poseidon Undersea Resort, en las islas Fiji. O un auténtico palacio en Jaipur, The Raj Palace. El Hotel President Wilson, en Ginebra o el increíble Plaza Athénée, en París. Desde luego podemos descubrir el mundo de Hotel en Hotel… ¡y tiro porque me toca!
- Caprichos diarios: trajes y vestidos a medida de grandes diseñadores. Accesorios, maquinitas… y todo tipo de cocinitas. Relojes, pulseras, collares, gafas… y todo aquello que te encante… puede ir a tu casa. No hay caprichos que leas o veas en una feria de innovación que no puedas tener sin esperas ni esperas.
Y por supuesto, disfrutar de Entradas VIP en conciertos y espectáculos. Podemos seguir a nuestro equipo de futbol, de baloncesto, de golf, esquí… allá donde vayan y fascinarnos en unos sitios, sólo para privilegiados.
Yo sueño cada día con loterías. ¿Y tú?
¡Suerte! Y que podamos darnos todos los caprichos con los que soñamos y alguno más.