Empecemos por las bellotas, el fruto preferido de las ardillas. Este fruto de los robles y encimas durante muchos siglos en Gran Bretaña fue sinónimo de suerte, fortuna y larga vida. Todas las mujeres llevaban en sus bolsillos bellotas para ser jóvenes, tener suerte, fortuna y una larga vida. Decían las leyendas, y así pasó de generación en generación, que llevándolas, alejabas las enfermedades y los dolores. Quizás por eso decían: Estar fuerte como un roble.
En Polonia las personas pelirrojas eran siempre afortunadas. Ver a una, era sinónimo de suerte. Ver a dos… el destino te sonreía. Y ya si te encontrabas a tres seguidas, seguro que te tocaba la lotería. Por eso las mujeres siempre querían tener hijos pelirrojos, para que fueran unas personas con mucha ventura y muy felices. Se decía que para conseguir tener un hijo pelirrojo, sólo tenías que mirar al fuego cuando estuvieses embarazada todo el tiempo que pudieras, cuanto más mejor. El rojo del fuego, su fuerza y su poder se transmitían al bebé.
En Corea si sueñas con cerdos significa que vas a ganar mucho dinero pronto. Y en Alemania también los cerdos son símbolo de buena suerte. Por eso los alemanes decoran sus casas con cerdos, para asegurarse siempre la fortuna y la abundancia.
En Irán a las mujeres cuando les viene la regla por primera vez tienen que meter las manos en una bolsa de arroz para asegurarse la suerte y la fortuna en la vida.
Las leyendas rusas dicen que si te defeca un pájaro sobre ti, sobre tu casa, coche… serás afortunado ese día. Por eso, cuando esto les sucede, suelen decidir jugar a la lotería.
Ahora bien, por el contrario…
Si en Suecia matas a una araña o pisas una alcantarilla marcada con la letra A (las hay también con la letra K) estás apañado, la mala suerte te acompañará durante un tiempo.
En muchas partes del mundo llevar un ópalo, una piedra preciosa muy usada en joyería que puede ser de varios colores, es sinónimo de llevar consigo la mala suerte. Detrás de este mineral hay oscuras historias, todas relacionadas con la desgracia, el dolor y la desventura.
En Egipto, al igual que sucede en muchos países europeos con los gatos negros, escuchar el ulular de un búho es sinónimo de mala suerte, infortunio y presagio de desastres.
En Francia si pisas el excremento de un perro con el pie derecho tendrás ese día muy mala suerte. No obstante, si lo pisas con el izquierdo, aprovecha tu fortuna porque tendrás de tu lado el azar y la fortuna.
En Brasil si se te cae al suelo la cartera, el billetero o el bolso… significa que ese día vas a tener muy mala suerte, por lo que esperarán hasta el día siguiente para apostar, jugar o competir.
En Lituania ni se les ocurre silbar dentro de una casa porque así estarían llamando a la desgracia.
En Ruanda las mujeres no comen carne de cabra porque se tiene la creencia que les traerá muy mala suerte. Empezando por que les crecerá pelo en la cara.
En Portugal trae muy mala suerte andar hacia atrás. Piensan que andando así están mostrando el camino a la desdicha y al diablo.
En Holanda prestar sal al vecino trae mala suerte.
En la India trae muy mala suerte cortase el pelo un martes.
En Siria han prohibido los yo-yo, porque creen sinceramente que ese juguete provoca las sequías y trae la mala suerte.