En el artículo de hoy nos hacemos eco de una noticia publicada en el ABC en la que se recogían unas emotivas historias reales que, de proyectarse en el cine, nos encogerían sin duda el corazón. Así, si siempre se ha dicho que la realidad supera la ficción, lo que os vamos a relatar lo cumple.
En primer lugar, nos acercamos a Bayárcal (Almería) en el año 2004. Este municipio dio vivienda y terreno de cultivo gratis a tres familias con riesgo de exclusión. Esta medida pretendía la reactivación del pueblo, evitando la desaparición del colegio más cercano. Aquí empieza una de estas increíbles historias o casualidades de la vida. Un grupo de alumnos de esta escuela de Bayárcal vendieron las series del premio Gordo para pagarse su viaje de estudios. La fortuna quiso que dos de estas familias comprasen su boleto, cambiándoles la vida. Jacinto Navarro, alcalde de la localidad, al preguntarle por tan caprichosa y magnífica circunstancia, dijo: «Es asombrosa la suerte, cómo reparte. Me han llamado emocionados, diciendo que Bayárcal es lo mejor que les ha pasado en la vida. Está siendo muy especial, sin duda».
El Gordo cambió la suerte a esas personas que nacieron con la estrella estrellada. La lotería de Navidad les ha dado una oportunidad que, a buen seguro, sabrán aprovechar.
Dejamos Almería para desplazarnos hasta la localidad de Mora, en Toledo, donde en 2015 fueron premiados varios recolectores de aceituna, que se enteraron de la feliz noticia cuando estaban trabajando en el campo. Si el calvo que soplaba la suerte en los anuncios de la Lotería fuera real, ese día, con ese soplo, compensó varias vidas de sacrificio.
Continuamente nos llegan historias emocionantes, especiales, como el quinto premio que cayó en una asociación de autismo. O el que se repartió en una residencia de ancianos. Recordemos aquel titular: Cáritas reparte unos cuantos millones, a parados y a jubilados de Gavà. «No prepares comida que nos va a tocar».
La historia de Gagne bien merece ser el argumento de un buen libro, que en la gran pantalla llenaría las salas por atraparnos el corazón. Sería la biografía Gagne, un senegalés que llegó a España en patera, y que en 2015 fue agraciado con el gran premio tras malvivir en nuestro país durante más de 8 años, buscándose la vida entre dificultades.
También recuperamos cómo nos emocionó Ana Lagal, propietaria de la Cafetería Albi de Baeza, donde un cliente compró un décimo correspondiente al número 76.058, agraciado con el Primer Premio del Sorteo Extraordinario de Navidad de 2012. La dueña de la cafetería contaba que le había tocado a un hombre de 60 años con cartas de aviso por desahucio. Aquel cliente habitual mantenía una deuda de 3.000 euros que no podía pagar. Conmovida, dijo: «Estoy contenta y emocionada por haber vendido ese décimo premiado con «El Gordo» a esta persona que tanto lo necesitaba».
Todos sabemos lo dura y complicada que puede ser la vida. Unos tienen suerte nada más nacer y otros sueñan con tenerla. Lo que sí es cierto es que la vida es preciosa, merece la pena vivirla a tope, ilusionarse y confiar, porque la caprichosa suerte, a veces, es justa.
Si sueñas… sin duda, Loterías.