La Lotería de Navidad está cada día más próxima, ya no falta casi nada. Como españoles de pura cepa sabemos que es uno de los momentos más soñados y esperados que puede convertir en millonaria a una persona de la noche a la mañana.
El premio estrella es el Gordo, con 400.000 euros por décimo, aunque tras descontar lo que se lleva Hacienda se queda en 320.500 euros limpios, una cantidad bien deseada. Quien más quien menos ha fantaseado alguna vez con la llegada de ese momento y con lo que haría con un premio tan suculento. Todos los expertos consultados aconsejan tomarse unos días para reflexionar para descubrir qué es lo que realmente nos interesa y conviene.
Los caprichos son en lo que primero pensamos y, aunque son muy tentadores, hay que evitar los gastos compulsivos. Lo recomendable es ser precavido y destinar como máximo el 10% del importe recibido en el disfrute personal.
Según las estadísticas, el 70% de las personas que reciben unos ingresos elevados inesperadamente lo pierden en menos de diez años y un tercio de los ganadores de premios de la lotería terminan perdiéndolo todo. Ante esa realidad, los asesores subrayan la importancia de reflexionar, dejarse aconsejar por personas de confianza y mostrarse cauto antes de cobrar el botín.
Los sabios consejos en los que todos coinciden son:
- Decírselo sólo a las personas de nuestra confianza.
- No perder los papeles, ni reaccionar con actos con los que luego podemos arrepentirnos, como dejar el trabajo.
- No dejarse llevar por compras compulsivas.
- Contar con un buen asesor legal y fiscal que gestione correctamente nuestro premio, para así evitar disgustos, permitiéndonos disfrutar sin problemas de nuestra suerte para hacer realidad nuestros mejores sueños.
- Deshacerse de las deudas.
Las tres mejores opciones son:
- Ahorrar: Muchos afortunados que les ha tocado la lotería de Navidad continúan haciendo una vida normal. Van a trabajar y depositan el dinero en una entidad bancaria que ofrezca interesantes opciones de ahorro. Las cuentas remuneradas o los depósitos bancarios son las alternativas con menor riesgo, pero también con menor rentabilidad.
- Invertir: Contratando a asesores que ayuden a gestionar el dinero. Este asesoramiento fiscal y financiero es imprescindible si se quiere invertir en acciones, bonos o fondos de inversión. Estas inversiones entrañan un riesgo más o menos alto, ya que no es lo mismo invertir en renta variable que en fondos de inversión garantizados o de renta fija. Hay que informarse y tener en cuenta tanto la liquidez de estos productos como su fiscalidad. Lógicamente los impuestos a pagar por el dinero ganado a través de inversiones varían en función del producto elegido. Lo que está claro es que no conviene poner todos los huevos en la misma cesta, es decir, que es mejor diversificar para minimizar riesgos.
- Liquidar la deuda hipotecaria. La hipoteca es una de las cargas financieras más pesadas y angustiosas que, sin embargo, no siempre conviene amortizarla parcial o totalmente. Cuanto más barato es un préstamo menor es el incentivo para amortizar antes de tiempo. Quitarse la pesada hipoteca y no tener deudas es una de las mayores satisfacciones que tienen los afortunados premiados. No obstante, éstas y otras elecciones dependerán en gran parte del perfil de riesgo, de las circunstancias personales y económicas y del momento vital de cada uno.
Resumiendo: Invertir con criterio es el mejor camino para no dilapidar en poco tiempo el dinero obtenido. Quitarse las deudas y ahorrar para hacer frente a imprevistos, cambios y nuevos proyectos siempre es una buena opción.
Se recomienda conservar una parte del capital en un depósito que permita disponer de una liquidez inmediata. Y elegir unos buenos asesores que tras saber lo que deseamos, nos den alternativas interesantes, reales y adaptadas a nuestra nueva situación.
Si has soñado… y el 22 de diciembre te toca el Gordo de la lotería, date un capricho. Disfruta de la vida. Y ten cabeza porque los sueños están realmente ante ti para hacerse realidad. ¡Enhorabuena!