Aunque parezca un guion de película de Hollywood, lo cierto es que son muchas las personas que han decido compartir su buena suerte con otros. Algunos de los casos más conocidos han aparecido en la prensa, pero se sabe que son muchos los agraciados que, según sus posibilidades, fortunas y premios, han querido de forma anónima compartir su estrella con otros que parece que les ha mirado un tuerto.
Empecemos nuestra historia con Tom Crist, un canadiense de 64 años, que donó los 40 millones de dólares que ganó jugando a la lotería. El dinero lo dio a diversas instituciones benéficas que se dedican a la lucha contra el cáncer. Así lo hizo en recuerdo a su mujer, fallecida a causa de un tumor.
Pongámosles caras:
Nuestro siguiente protagonista es László Andraschek, un indigente húngaro que vivía en un centro de acogida en Budapest. A este hombre de 55 años le cambió la vida cuando compró un billete de una lotería húngara con las últimas monedas que tenía en el bolsillo. Le tocaron 2 millones de euros.
Con el dinero obtenido László ha creado una fundación para apoyar a gente sin recursos y con “destinos difíciles”. Y ha donado gran parte de su premio a una organización caritativa local.
Nuestro recorrido por los solidarios ganadores nos lleva a Australia, a Sydney, donde un joven de 40 años, ganó en la lotería 601.000 euros y sorprendió a todos cuando dijo que tenía la intención de donar el 90% del premio. Los afortunados benefactores, los agricultores y ganaderos que estaban sufriendo graves consecuencias a raíz de la sequía.
El resto del dinero lo destinó a la educación de sus hijos y a pagar parte de la casa, que tenía hipotecada.
Según sus palabras: El dinero hace feliz a las personas, pero también las convierte en personas codiciosas. Desde luego, él es consecuente con lo que piensa. Y quizás, un buen ejemplo a seguir, el compartir.
Si hablamos de repartir y ayudar, tenemos que irnos hasta Francia, donde un hombre de cincuenta años ganó en la lotería europea Euromillones 72 millones de euros.
Según sus palabras: El dinero irá a una decena de grandes asociaciones de dimensión nacional. Este francés quiso mantenerse en el anonimato… y simplemente seguir con atención la utilización de ese dinero.
Este hecho supuso la mayor donación de un ganador de lotería a obras caritativas en Francia.
Ganar la lotería y hacer realidad los sueños es lo que todos deseamos. Pero, está claro, si el capital que nos toca es considerable, repartir o compartir la suerte y la fortuna puede ser una hermosa lección de humanidad.
A este camino también se unieron el matrimonio formado por John Kutey y su mujer Linda, quién después de saberse los afortunados ganadores de 319 millones de dólares, decidieron donar una parte de lo ganado para construir un parque acuático en honor a sus padres. Donaron US$ 200.000 para construir el Spray Park en Green Island, Nueva York.
Cada uno de nosotros tenemos en mente lo que podríamos llegar a hacer. Para ello, un poco de suerte no nos vendrá mal. Si sueñas… lotería. Y si ganas… comparte tu suerte.